
La primera mitad del siglo XX en Europa fue terriblemente convulsa y dramática, tras una pandemia que causó millones de muertes, una gran crisis económica con origen en el ‘crash‘ de 1929 en Nueva York y, finalmente, dos Guerras Mundiales que enfrentaron a los europeos entre sí y devastaron grandes extensiones de nuestro Continente. En aquel terrible contexto, y ante una Europa traumatizada por la dramática situación política, económica y social del momento, el ministro francés de Exteriores, Robert Schuman, leyó el 9 de mayo de 1950 una declaración que desde entonces lleva su nombre y que no solo proponía la creación de una Comunidad Europea del Carbón y del Acero sino que también instaba a la conformación de una Europa unida, basada en la cooperación y en la solidaridad, y que contribuyera a la paz mundial. Aquel discurso político fue considerado como el origen de la creación de la Europa que hoy conocemos y, por ello, el Consejo Europeo en la Cumbre de Milán de 1985 decidió declarar oficialmente el 9 de mayo como el Día de Europa.