
Ya está en libro. Como diría el cisne del Avon, todavía sin enfriarse su cadáver. Ya está en pie la primera obra consagrada a su memoria, debido al engarce de las más diversas plumas, al saber hacer de la Fundación Sabino Arana. Una Memoria del que no era desmemoriado ni mucho menos, al que acudíamos a preguntarle de todo el pasado que como pocos conocía. Cuando yo le decía, por favor don Jesús, guárdeme sus papeles para que escribamos sobre usted, él respondía, yo no tengo importancia, no vale la pena.
Verle hoy en la portada de ese primer texto a su memoria reconforta y cómo, porque uno imagina que vendrán otros después con ese título evocador del viejo roble, tan sugerente al menos como aquél otro, Leizaola, 90 años de lealtad.